September 22, 2016:
by Ari Iglesias
Conocé más sobre uno de los fósiles de reptiles más fascinantes, con una larga trompa dotada de numerosos dientes finos y largos; con cuatro aletas y una cola a modo de aleta caudal.
Sin duda alguna uno de los más llamativos fósiles de reptiles es el ictiosaurio. Una gigantesca forma totalmente adaptada al agua, con una larga trompa dotada de numerosos dientes finos y largos; con cuatro aletas y una cola a modo de aleta caudal. No es casualidad que estos fósiles nos llamen poderosamente la atención. Sin embargo lo primero que nos viene a la idea al ver un ictiosaurio es que tiene la forma de un delfín o un tiburón. Es más, seguramente nadando y desde lejos nos lo podríamos haber confundido con uno de ellos.
Los ictiosaurios son reptiles. No son peces (como el tiburón) ni mamíferos (como el delfín). Vivieron en la era de los reptiles, el mesozoico, dominando las aguas de casi todos los mares del mundo, pero como veremos no estuvieron solos. Fueron un grupo diverso de animales, con numerosas especies bastante diferentes, con formas muy pequeñas y otras gigantescas. ¿De dónde provienen estos reptiles? Los ictiosaurios, como todos los reptiles, provienen de un andar cuadrúpedo (en cuatropatas) por sobre el suelo. Los reptiles, se desarrollaron de peces y formas de anfibios, los cuales comenzaron a no depender tanto del agua y se adaptaron a vivir sobre la tierra. La peculiaridad de este grupo de reptiles es que en algún momento de su historia, comenzaron a depender nuevamente del agua. Seguramente, comenzaron a tener adaptaciones muy buenas para nadar y sus cuerpos evolucionaron en formas cada vez más hidrodinámicas y casi-perfectas para nadar y cazar los peces de los cuales depende su ingesta.
Los ictiosaurios son uno de los grupos más interesantes para entender los procesos de evolución biológica a lo largo del tiempo. El registro fósil de ellos nos muestra las inmensas posibilidades que permite la diversificación de los grupos animales (en este caso reptiles). La selección natural debió obrar sobre la historia evolutiva de este grupo de reptiles, permitiendo que cada vez más se fijaran caracteres hidrodinámicos y se perdieran aquellos del andar cuadrúpedo.
Sorprendentemente, la forma lograda se asemeja mucho a un delfín, con la salvedad que el delfín tiene su aleta caudal horizontal (la mueva hacia arriba y abajo), en cambio las de los ictiosaurios es vertical como la delos tiburones. En particular, los brazos y las patas en los ictiosaurios han tenido uno de los mayores cambios evolutivos entre los tetrápodos, sus seis dedos se fusionaron en una aleta rígida y sus huesos falangeales (huesos en los dedos) se multiplicaron en un número mayor a10 (en los que se denomina falanges supernumerarias). Las aletas constituidas de esta forma aún guardan semejanza con la antigua configuración de un brazo o una pierna.
Desgraciadamente los paleontólogos no conocemos mucho sobre esa transición. No existen fósiles previos a los ictiosaurios que nos demuestren como es que esos caracteres fueron cambiando poco a poco. Sabemos que esos cambios fueron bastante rápidos (para los tiempos que otros grupos de animales toman), correspondiendo a 10-20 millones de años (fines del Paleozoico y comienzos del Triásico).
Los ictiosaurios vivieron a lo largo de todo el Mesozoico, reinando en los mares por 190 millones de años. Eso es más de tres veces la edad de cualquier mamífero que conozcamos y más de 60 veces la edad del hombre sobre la Tierra. En argentina hay numeroso registro de ictiosaurios. En el Museo Paleontológico de Bariloche se expone el Caypullisaurus, una de las formas más grandes y completas que se conoce; proveniente de rocas de 160 millones de años en un mar que existió en la ciudad de Zapala (Neuquén).
¿Hay más reptiles marinos? Durante el Mesozoico no fueron los únicos reptiles acuáticos, tampoco de los más grandes. Un grupo bastante conocidos por todos fueron los plesiosaurios. Éstos son de cuerpos más bien regordetes, con amplias paletas y una corta cola terminando el látigo. Lo más llamativo de estos fósiles son su largo cuello y pequeña cabeza. En Bariloche lo conocemos como "El Nahuelito". Los plesiosaurios se extinguieron conjuntamente con muchos grupos de reptiles hace 65 millones de años (extinción masiva de fines del Cretácico), y hasta que no hallaron pruebas en el lago Nahuel Huapi o en el Lago Ness (Escocia) de su existencia, no se conoce ningún registro más joven de este grupo. Los plesiosaurios también son reptiles y habrían derivado de formas totalmente adaptadas a caminar sobre la tierra. Su evolución los habría transformado en animales totalmente acuáticos, pero muy diferentes a los ictiosaurios. Si bien tenían cuerpos hidrodinámicos, su abultado cuerpo, su largo cuello y la forma de sus patas le habrían otorgado una forma de natación similar a las tortugas acuáticas. Curiosamente tanto los brazos como las piernas también sufrieron un cambio mayúsculo similar al de los ictiosaurios, conformando aletas propicias para el nado.
En Argentina también hay numeroso registro fósil de plesiosaurios. En Río Negro fue hallado el Tuarangisaurus, del cual se conoce casi todo el esqueleto y se expone en el Museo Paleontológico de Lamarque (Río Negro).Otra peculiaridad de los plesiosaurios es que generalmente, en el interior de sus costillas, donde se habría ubicado el estómago, se hallan numerosas piedras redondeadas por desgaste y que no corresponden con el sedimento que envuelve a los fósiles. Con su estudio, se ha interpretado que corresponderían a "gastrolitos", piedras que ingerirían para favorecer la digestión de huesos y espinas de los animales que se tragarían enteros. Esto mismo ocurre en muchos otros animales, pero en los plesiosaurios sus tamaños eran descomunales y se contaron por más de 2000.Tanto ictiosaurios como plesiosaurios, se han hallado en estado fósil preservando a sus crías.
Más aún, muchos de ellos habrían fallecido en el momento del parto, quedando petrificados en las rocas en ese mismo momento.
Los fósiles nos demuestran que estos reptiles no habrían nacido directamente de huevos (como la mayoría de los reptiles), sino que sus crías se desarrollaban en su interior y luego nacían por un canal de parto. Esta es una estrategia que supimos desarrollar también los mamíferos, pero que en reptiles no es tan común. Permite un cuidado mayor de las crías, esperando un mayor desarrollo de su cuerpo antes de enfrentar el medio externo por sí mismos. De los plesiosaurios tampoco se sabe mucho sobre su evolución a partir de otros reptiles. Sus orígenes aún son oscuros para los paleontólogos, existiendo pocas fósiles antiguos y habiendo evolucionado relativamente rápido en el tiempo. Los terribles mosasaurios.
Hubo otro grupo de reptiles marinos, de los que habrían dado mucho miedo al conocerlos en vida. Los mosasaurios fueron formas similares a gigantescos cocodrilos, con hocicos algo largos pero muy anchos, dotados de poderosos dientes cónicos, cuerpos robustos y una fuerte aleta caudal similar a la de los cocodrilos. Recientemente saltaron a la fama con la última de las películas de "Jurassic Park" tragándose a un pobre tiburón que tenían colgando en frente de todo el público. Es probable que esa escena se halla repetido varias veces en el periodo Cretácico (pero con el tiburón vivo).
De los mosasaurios se conoce muy bien su esqueleto, el cual comparte muchas semejazas con las lagartijas y las serpientes, es por eso que sabemos que corresponden al mismo grupo de reptil, denominado "Lacertilia". Estas fueron de las formas más grandes del grupo y seguramente más terribles. Algunos de ellos fueron muy parecidos a los reptiles actuales denominados "varánidos".Los mosasaurios no poseían aletas como los ictiosaurios ni como los plesiosaurios, más bien llevaban gruesas membranas interdigitales entre largos dedos. Estos lagartos tenían una doble bisagra en la mandíbula, doble fila de dientes cónicos en su paladar y un cráneo flexible (parecido al de una serpiente), con el cual eran capaces de devorar sus presas casi completas.
Como sabemos que no estaban relacionados con los plesiosaurios ni con los ictiosaurios, entonces podemos ver que la adaptación y evolución de formas cuadrúpedas terrestres hacia formas netamente acuáticas ocurrió al menos tres veces en la historia de estos grupos de animales. Es más si incorporamos a las tortugas y los cocodrilos podemos ver que ese cambio pasó muchas veces más en los reptiles, y luego se repitió con los mamíferos (delfines, ballenas, morsas y lobos marinos).El estudio de las formas fósiles de mosasaurios en América del Sur, África y Antártida, permitió en 1912 al geofísico y meteorólogo Alfred Wegener (conjuntamente con los contornos de los continentes y otros animales fósiles) interpretar que en algún momento los continentes habrían estado reunidos en un supercontinente (Gondwana). Desde entonces estos animales extintos se han estudiado intensivamente en todas las rocas del Cretácico en el mundo. Varios paleontólogos argentinos estudian sus restos y viajan hasta la Antártida para poder rastrear sus variaciones y orígenes.
http://www.anbariloche.com.ar/noticias/2016/09/11/54804-entre-peces-ictiosaurios-y-delfines-pruebas-de-la-evolucion-bajo-el-agua
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