June 15 , 2016

by Carmen Serrano

Se sabe por la tomografía axial computarizada (TAC), una técnica radiológica innovadora entre los fósiles. Diferencia materiales y desvela estructuras. "Se está poniendo de moda en paleontología", dice el director de Fundación Dinópolis.

El iguanodontio Proa Valdearinnoensis se adapta muy bien a nuestra Era; se apunta a las modas más innovadoras: hace poco se hizo un TAC de cabeza en el Hospital Obispo Polanco de Teruel. Resultado: "La cavidad craneal ocupa un volumen de 157 cm3, es decir, más o menos el de una pelota de tenis. El volumen del cerebro era incluso menor y, sin embargo, hablamos de un animal que medía casi ocho metros y tal vez pesaba tres toneladas". Lo cuenta el experto en paleoneurología Fabien Knoll, del Instituto de Ciencias de la Tierra de Manchester.

Los paleontólogos de Dinópolis que investigan en Ariño (Teruel), lugar donde han sido hallados los fósiles de dos dinosaurios Proa Valdearinnoensis, se pusieron en contacto con Fabien Knoll y Stephan Lautenschlager, también investigador de un Instituto de Ciencias de la Tierra, el de Bristol, para iniciar un estudio cuyos resultados aún se harán esperar unos meses.

El estudio arrancó en la sala de Radiología del Hospital Obispo Polanco de Teruel, donde el cráneo de Proa fue sometido a una tomografía axial computarizada (TAC), una técnica innovadora entre los fósiles, pero que ya "se está poniendo de moda en paleontología", dice Luis Alcalá, director de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel Dinópolis. Gloria Martínez, jefa de Radiología del Obispo Polanco, aclara que "la técnica es la misma que se utiliza para las personas".

Otros radiólogos y técnicos compañeros de Gloria colaboran en estas pruebas fuera de su horario laboral. Es, para ellos, "una experiencia muy interesante". La interpretación de las imágenes la hacen luego con los paleontólogos, "intentando detectar signos de posibles enfermedades en los dinosaurios estudiados, así como los aspectos anatómicos que los diferencian", explica Gloria Martínez.

Los resultados del TAC no pudieron ser mejores: "Las imágenes obtenidas mostraron un marcado contraste entre los diferentes rellenos de cavidades del cráneo, lo que permitió recrear en tres dimensiones la cavidad endocraneal en los dos especímenes escaneados", explica Luis Alcalá. Un hallazgo novedoso. Las cavidades del cráneo de Proa están rellenas de materiales de diferente composición que los del hueso y, ¡eureka!, el TAC destapa estos contrastes, revelando la estructura real de ese cráneo y unas suposiciones muy aproximadas de cómo era el cerebro.

"Las paredes de la caja craneal y de la matriz suelen fosilizar de manera diferente -especifica Alcalá- y, por consiguiente, presentan distintos grados de absorción de los rayos X". En cualquier caso, nunca antes se habían obtenido semejantes resultados ni en el hallazgo de fósiles, tan completos, ni en el resultado de un TAC, con tanto contraste.

La gran cantidad de huesos hallados en la mina de lignito de Santa María, en Ariño, han hecho posible que Dinópolis luzca, desde 2015, un esqueleto original muy completo de Proa Valdearinnoensis. Los paleontólogos seguirán excavando este sorprendente yacimiento, mientras ultiman el estudio del cráneo de Proa para presentar los resultados en el 76th Annual
Meeting of the Society of Vertebrate Paleontology, que se celebrará el próximo octubre en Salt Lake City (Utah, EEUU).