May 23, 2016
por Valentina Ortiz Silva
A poco más de un año de que la investigación sobre los restos del "Chilesaurus diegosuarezi" se diera a conocer en la prestigiosa revista científica "Nature", el destino del primer dinosaurio jurásico chileno aún se debate. La criatura, que destaca por tener una fisonomía similar a la de carnívoros como el velociraptor o el tyrannosaurus, pero siendo herbívoro, representa un hito para la paleontología nacional al poner en un solo día a Chile en el epicentro de los hallazgos científicos. Hoy por petición de la red de museos regionales, se espera que los huesos del espécimen se puedan exhibir en la zona donde fue descubierto.
La historia ya es conocida, comienza con las misiones geológicas del matrimonio Suárez - De la Cruz en el sector de Mallín Grande, en la Región de Aysén. Los geólogos se encontraban junto a sus hijos Macarena, en aquel momento de 18 años, y Diego, de 7, en una salida a terreno donde estudiaban las rocas sedimentarias de la zona. Mientras los padres trabajaban, los hijos se dedicaban a jugar con lo que tenían a mano, piedras y huesos. Fue así, mientras Diego jugaba con su martillo geológico golpeando el suelo, que unos fragmentos de color verdoso se desprendieron volando por el aire. Aquellos fragmentos eran huesos fosilizados, una vértebra y una costilla, y correspondían a lo que luego se conocería como el primer dinosaurio jurásico chileno: El Chilesaurus diegosuarezi.
Desde ese episodio en febrero de 2004 hasta la fecha, el Chilesaurio ha tenido un extenso recorrido. Después de su descubrimiento por parte de Diego, un equipo de expertos viajó a la zona. Lo que encontraron fue más de una decena de ejemplares de la especie, los cuales fueron excavados y trasladados a Argentina para su preparación.
La investigación duró poco más de diez años, hasta que fue publicada en abril de 2015 en la prestigiosa revista científica Nature. Aunque pueda parecer un largo tiempo, el paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural y miembro del equipo de investigación, David Rubilar, aclara que es algo propio de los trabajos de este tipo. Solo para hacernos una idea, Rubilar explica que la etapa de preparación de material (el despeje del fósil de la roca), es comparada por muchos como sacar un huevo de un bloque de concreto sin que este se rompa.
El Chilesaurio es realmente una especie única en el mundo, algo que en su momento los investigadores a cargo desconocían. Creían que estaban frente a los restos de un dinosaurio tetanuro, un grupo de especies carnívoras que incluye, por ejemplo, al Tyrannosaurus rex y a las aves. Pero los huesos indicaban otra cosa. Sus manos, pelvis, tobillos y patas eran propias de distintas variedades de dinosaurios, y la forma de sus dientes señalaba que ni siquiera se trataba de un espécimen que comiera carne. Finalmente se llegó a la conclusión de que se encontraban ante un terópodo tetanuro que incursionó tempranamente en la herbivoría y que habitó en la región de Aysén hace unos 147 millones de años atrás.
Lo que resultó clave en el proceso fue la incorporación del técnico argentino Marcelo Isasi, quien “con su agudeza en terreno supo visualizar los límites de un animal que estaba parcialmente expuesto”, cuenta Rubilar. En su laboratorio, el técnico pudo dar con los resultados adecuados y descubrir que lo que se pensaba en un comienzo eran los restos de diferentes dinosaurios, “resultaron en la composición, en forma de mosaico, de un nuevo dinosaurio para la ciencia”, dice el paleontólogo de la Universidad de Chile.
Chile en el epicentro
Las noticias sobre el hallazgo de esta particular especie no solo causaron impacto en nuestro país. El descubrimiento fue motivo de asombro a nivel internacional llegando a ocupar la portada de la revista Nature, publicación fundada en 1869 enfocada en las grandes conquistas científicas de la humanidad.
Rubilar ve este hecho como un logro absoluto para la ciencia nacional. En un solo día, Chile salió del lugar periférico que siempre ha ocupado en cuanto a los hallazgos paleontológicos, pasando a ser el centro de atención respecto a la materia.
“Estábamos acostumbrados a que China nos sorprendiera con sus dinosaurios emplumados. Sin embargo, Chilesaurus es tan único que justamente la misma semana que apareció en Nature, salió publicado un dinosaurio de China con alas de murciélago ¡Eso sí que es raro! Sin embargo, pese a este sensacional hallazgo, lo único de nuestro dinosaurio determinó que fuera la portada de la revista, eso es un triunfo para la ciencia nacional”, afirma el paleontólogo.
Para el experto el país está pasando por un momento único en la disciplina, el cual es fruto de la cooperación entre la Universidad de Chile y el Museo de Historia Natural. “Vamos camino a convertirnos en un gran referente en cuanto a la evolución en un lugar tan aislado como lo es nuestro país. Chile desde el Mesozoico ha sido un laboratorio natural para la evolución de especies particulares, y eso al parecer lo estaría demostrando el Chilesaurus”.
Según la perspectiva de Rubilar serán estas instituciones las encargadas de seguir alentando el boom de paleontología de vertebrados en el país. De ellas nacerá la nueva generación que se encargará de los futuros hallazgos paleontológicos que se produzcan en el territorio nacional.
De vuelta a los orígenes
Aunque el futuro del Chilesaurio aún no es claro, una de las opciones que más se ha discutido es llevar a la especie al Museo Regional de Aysén. Y es que hace algún tiempo ya que tanto en Chile como en el mundo se viene dando una tendencia de regresar los hallazgos a su zona de origen.
En el caso del Chilesaurus, es el Consejo de Monumentos Nacionales el encargado de decidir dónde irán a parar los restos de la especie. Alan Trampe, subdirector de los museos regionales de Chile, explica que esto se trata más bien de una decisión de sentido común, pero que en general se tiende a que los objetos patrimoniales se resguarden en los lugares donde fueron encontrados.
“A menos que no existan lugares adecuados para conservar el patrimonio, entonces se llevaba a otros lugares. En la historia nuestra eso significó que muchos hallazgos llegaran a Santiago, que era donde estaban las condiciones para poder resguardarlos y estudiarlos. Pero ya desde hace bastante tiempo que la tendencia es, siempre que existan lugares adecuados para poder conservar los objetos patrimoniales o las especies, la idea es que se puedan quedar en las regiones de origen”, dice.
De lo que no cabe duda es de que por lo menos uno de los especímenes del Chilesaurio, que actualmente se encuentra en una sede del Servicio Nacional de Geología y Minería, termine albergado en el Museo Nacional de Historia Natural ya que se trata de un holotipo, un material por el cual se denomina o bautiza una especie. Al menos así lo dictamina la ley con este tipo de materiales.
El paleontólogo Rubilar, a su vez, revela que el paso de la criatura por el museo está asegurado, pues la institución está preparando para finales de este año una súper exhibición de dinosaurios en la que el Chilesaurus sería uno de los protagonistas. Una instancia que se figura como ideal para que al fin la comunidad pueda disfrutar de este dinosaurio único en su especie.
http://www.elmostrador.cl/cultura/2016/05/20/el-futuro-del-chilesaurio-el-dinosaurio-mas-extrano-y-antiguo-de-nuestro-pais/
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